Sunday, October 25, 2015

St. Pauli, Guatemala y demás fascinaciones


-Articulo originalmente publicado en http://www.sakumag.com/allsaku/2015/10/16/uno-de-viajero-guatemala el 17 de Octubre del 2015.



Cortes Guatemaltecos. Foto por: Matthew Kok
Uno de viajero, me dice, pregunta muchas cosas.
Uno debería gozar en ese marasmo del placer,
y no ponerse a preguntar por el dolor y los milagros.
Pero uno no puede, me dice mi amigo Raúl,
porque a lo lejos se oyen las sirenas de los barcos.
De los que vienen.
De los que van.
Y uno debe saber, que debajo de la piel luminosa
de la reconstruida Hamburgo, pululan estas cosas St. Pauli,
esta miseria St. Pauli,
este dolor St. Pauli,
este compromiso St. Pauli,
tan humano y tan duro, que le impreca a uno,
sonriendo: mirad este milagro extranjero.
Id y contadlo al mundo,
para que sepa, para que todos sepan
la enorme cantidad de dolor
que se paga por las bonitas palabras

y por vuestra crédula ignorancia.
Cuando vayas al Puerto de Hamburgo,
me urge mi amigo Raúl,
no te olvides de St. Pauli,

te lo pido, no te olvides de St. Pauli.

-Porción del poema St. Pauli por Otto René Castillo


Otto René Castillo – un poeta a quién se le castigaron sus letras y lucha con su vida durante los brutales años de guerra civil en Guatemala- dejó este poema sobre St. Pauli, un puerto Alemán que por su escandaloso entretenimiento, históricamente ha seducido a marineros y viajeros de todo el mundo, entre los que se incluyó Castillo.
St. Pauli, es una figura en la que proyecto a esta tierra donde estoy parada: la robusta Guatemala.


Por décadas, sosteniendo la promesa de la eterna primavera, Guatemala ha atraído a viajeros de todo el mundo quienes se fascinan con su sol, sus bosques nublados, las montañas, lo colorido de los mausoleos, el café y los bordados en los trajes que lleva la gente con piel color tierra. Guatemala se ha prestado a la industria turística una y otra vez. También ha retenido a visitantes, una y otra vez.

En unos cuantos meses más, cumpliré 3 años de vivir en Guatemala trabajando como coordinadora de grupos de aprendizaje e intercambios multiculturales con una ONG internacional, algo pequeña comparada con el estándar. Sus valores están enraizados en la construcción de paz y justicia social y su trabajo es acompañar a organizaciones locales en sus procesos de desarrollo. Cada año, coordino alrededor de 8 giras educativas en las diferentes comunidades de Guatemala y El Salvador donde trabajo con participantes norteamericanos quienes están interesados en aprender sobre el contexto del país y el trabajo de nuestros asociados locales. 

En su mayoría, los participantes del programa que coordino nunca han visitado Guatemala antes, y con cada primer día en Guatemala, es un recuerdo casi vivo de mi experiencia cuando recién llegué aquí… así, compartiendo la ilusión y desconfianza de que se cumpla la promesa turística de la eterna primavera, de aventurarse a querer explorar Guatemala y a querer aprender.

Un grupo de aprendizaje viajando hacia la comunidad de Toniná, en San Marcos Guatemala. Foto por: Matthew Kok
Cada viaje o intercambio tiene como uno de sus objetivos explorar una realidad contextual en el país, concientizar y ayudar a los participantes a pensar en formas de tomar acción en algún tema específico ya sea a través de la divulgación de información ó la incidencia política ante su congreso para afectar la estructura que mantiene las relaciones injustas entre sus países de origen y Guatemala/El Salvador. Hace unas semanas, organizamos una gira enfocada en el tema de la Industria Minera y los Monocultivos en Guatemala.

Uno de viajero, me dice, pregunta muchas cosas. Uno deberìa gozar en ese marasmo del placer, y no ponerse a preguntar por el dolor y los milagros. Pero uno no puede, me dice mi amigo Raúl, porque a lo lejos se oyen las sirenas de los barcos. De los que vienen.
De los que van.


Nos entrevistamos con Crisanta Perez, una mujer  Maya Mam activista anti-minería en su comunidad ancestral, San Miguel Ixtahuacán. Con lágrimas de indignación tras ser criminalizada y acosada por su trabajo en defensa de la Madre Tierra- Esa Tierra ahora destrozada y explotada sin previa consulta comunitaria por la Compañía minera Canadiense Goldcorp[i]-, le preguntó a nuestro grupo de participantes Norteamericanos con su voz fuerte y quebrada por el llanto:

-¿Quién de aquí es Canadiense?
Yo traducí su pregunta al inglés, pero nadie respondió.

Crisanta siguió entre lágrimas: Yo hice una gira en Canadá para concientizar sobre cómo los fondos de pensión de los ciudadanos Canadienses son invertidos en las compañías mineras, quienes se llevan el oro de aquí, destruyen a nuestra Madre Tierra y dividen a nuestra comunidad... ¿Saben que ví allá en Canadá? Que la gente no anda a pie, ni halando sus cargas de leña en la espalda, ellos andan en carro. ¡Se llevan lo nuestro y se enriquecen, pero a nuestros Guatemaltecos que se van al Norte como migrantes los tratan mal!.

El grupo lloró en silencio y nadie le pudo responder.

Y uno debe saber, que debajo de la piel luminosa
de la reconstruida Hamburgo, pululan estas cosas St. Pauli,
esta miseria St. Pauli,
este dolor St. Pauli,
este compromiso St. Pauli, tan humano y tan duro,que le impreca a uno,
sonriendo: mirad este milagro extranjero.


Volcán en Santiago Atitlán. Foto: Matthew Kok
En cada gira de aprendizaje, tras largas horas de viaje de comunidad en comunidad, se asoma un sol brillante, las montañas, los bosques, el lago Atitlán, los volcanes, el Altiplano, las cosechas de maíz y café, los coloridos mausoleos -y no sólo los mausoleos sino las casas en los pueblos también-, los fantásticos bordados en los huipiles de las mujeres indígenas piel color tierra. Guatemala nunca se queda en deuda y siempre le cumple su promesa primaveral a cada turista y a cada participante del programa que la visita.
 Lo que uno no sabe – lo que yo no sabía- es que la belleza trae consigo su dolor. Y con su dolor trae también un compromiso que se impregna. Arde.

Id y contadlo al mundo,
para que sepa, para que todos sepan
la enorme cantidad de dolor
que se paga por las bonitas palabras

y por vuestra crédula ignorancia
Cuando vayas al Puerto de Hamburgo,
me urge mi amigo Raúl,
no te olvides de St. Pauli,

te lo pido, no te olvides de St. Pauli.

Hoy recibí dos correos de dos personas que participaron en esta última gira de aprendizaje. Uno me contaba sobre la presentación que tendrá la otra semana frente a 500 personas en su ciudad de origen, centrado en lo que presenció en Guatemala y con el fin de generar conciencia sobre los efectos e implicaciones de las operaciones mineras en San Miguel Ixtahuacán. La otra me contaba sobre como tuvo dos clases en una Universidad de Indiana, EEUU donde tocaron el tema de la industria extractiva en Guatemala. 

Hace unas semanas recibí un correo de otra participante quien hizo una presentación en su Iglesia en Canadá. Los miembros de su iglesia acordaron firmar una carta dirigida al congreso donde expresan su desacuerdo y preocupaciones con las operaciones de la compañía Goldcorp en Guatemala, la cual también tiene presencia en Honduras, en el valle de Siria.

Sin duda es emocionante escuchar sobre las acciones concretas que están tomando los participantes. Tras leerles es casi irresistible sucumbir a la tentación de querer medir resultados y de querer sentir que encontramos la solución para el problema grande. Sin el ánimo de opacar el tremendo potencial que tiene la incidencia política hacia el cambio de una estructura opresiva, el desafío mayor siempre recaerá en internalizar y asumirnos como parte del problema, es decir, prestarnos a un cuestionamiento de nuestras acciones cotidianas que también ayudan a mantener estructuras desiguales. 

Se requiere de la incomodidad para dejar de percibir la problemática político-social como otra vanidad ajena y académica.

 ¨Un cambio de corazón o de valores sin práctica es solamente otro lujo sin sentido de una vida pasivamente consumista. Los problemas van a cesar solamente si la gente, individualmente y en sus comunidades, reconoce que estas crisis son en realidad el resultado de un gran número de pequeñas crisis en sus vidas como individuos, como familia y como comunidad. El mayor poder está en cómo se vive.¨ reflexionaba mi novio.

Son numerosas las historias que me alcanzan desde el Norte y desde el Sur, y así es como me van llegando 3 años en Guatemala. Tres años creyendo en el milagro de unir a la gente y dejar que se unan las luchas. De cuestionar privilegios y de caminar hacia el desarrollo de relaciones más justas. 

Ya van tres años de seguir abrazando la promesa de una eterna primavera.






[i] [i] [3] – S. James Anaya, Nota preliminar en la aplicación del principio de consulta con pueblos Indigenas en Guatemala y el caso de la mina Marlin paras. 26-31, UN HumanRights Council Report A/HRC/15/37/App. 8 (8 de Julio, 2010), http://unsr.jamesanaya.org/docs/special/2010_special_guatemala_preliminary_note_en.pdf.

Nancy Sabas nació en Tegucigalpa, Honduras. Estudió Administración Industrial y de negocios en su ciudad de origen. Ha trabajado como vendedora en una tienda de ropa y en un banco. Vivió en Indonesia 1 año como participante de intercambio y voluntaria en una organización de empoderamiento de mujeres en la isla de Papua. Actualmente vive en Ciudad de Guatemala trabajando como coordinadora de intercambios y tours de aprendizaje, a la vez  que es estudiante de un diplomado en pensamiento político-feminista en la misma Ciudad. 






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Wednesday, September 23, 2015

Nueva Jerusalén




Parte de un sermón ofrecido por Krista Loewen y David Epp en la Iglesia Wildwood Mennonite en Canadá. Inspirado en su experiencia durante uno de los tours de aprendizaje en Guatemala y El Salvador, donde acompañaron a estudiantes del colegio RJC (Rosthern Junior Collegiate). Krista y David han visitado Guatemala muchas veces en el pasado. David Epp fue participante del programa SALT y sirvió en la comunidad de Santiago Atitlán durante 2013-2014.
 
Foto tomada por: Anna Yoder

Cuando viajé a Guatemala, una de las primeras cosas que uno nota es el hermoso tejido tradicional. Cada comunidad teje su historia en su ropa. Por ejemplo, un huipil de Santiago Atitlán cuenta con rayas blancas que representan las bendiciones de Dios y el rojo que representa la sangre derramada durante la conquista y, más recientemente, la guerra civil. Las aves muestran su relación permanente con la tierra como cuidadoras y administradoras. Cada vez que en el pueblo de Santiago Atitlán se teje una nueva pieza de tela, su historia cobra vida y una historia común se relata dentro de cada hilo.


En otras palabras, al ponerse sus trajes, las personas de Santiago Atitlán están prometiendo su lealtad a la continuación de su cultura.
Los telares que se utilizan para tejer estas piezas son complejas y es esencial que cada hilo pequeño esté en el lugar correcto, de lo contrario la visión final se arruinaría.
Este minucioso detalle puede parecer desesperante a veces, ya que es difícil imaginar cómo se vería  la pieza final. Pero, el tejedor tiene esperanza y fe en el modelo y la belleza emerge. La belleza en Guatemala se desborda como consecuencia de estos bordados.

Así como el pueblo de Santiago Atitlán recuerdan su pasado y su futuro con el uso de sus trajes tradicionales, también nosotros nos acordamos de nuestro lugar en la construcción histórica y permanente del reino de Dios.

En abril, tras pasar por la frontera de Guatemala con el grupo de  RJC (El Colegio de Rosthern Junior), nuestra guía de CCM nos animó a jugar un juego cultural para poner atención. Nuestra tarea consistía en contar todas las veces en que nos tropezábamos con un mural o una  imagen artística del ex arzobispo Oscar Romero. No pasó mucho tiempo para que el juego se terminara, pero no porque hubiera sido difícil de encontrar la cara de Romero. De hecho, ¡Él está en todas partes! A Romero se le puede encontrar en cada esquina, en todos los anuncios de tiendas pequeñas, y a los costados de aparentemente cada iglesia.

Oscar Romero fue un hombre que nació en condiciones humildes en el este de El Salvador. El entró al Seminario a una edad temprana y demostró un dominio académico y una afinidad por el trabajo pastoral. Cuando fue nombrado arzobispo de El Salvador en 1977 rápidamente se convirtió en un defensor de los pobres y desposeídos.


En ese momento, al igual que ahora, El Salvador se caracterizaba por tener una compleja historia de desigualdad y  violencia. Durante décadas, la población rural pobre había sido marginada cada vez más dentro de una economía en la que el 1% controlaba el 42% de la tierra cultivable, mientras que la parte de más abajo que representaba el 60% controlaba el 0%.
Estas condiciones llevaron a protestas y, finalmente, a una guerra civil extremadamente violenta donde los escuadrones de la muerte ejecutaban a la gente del campo a su voluntad.
Romero representó en ese contexto una de las voces más fuertes en pedir el fin de la violencia y en 1980 fue asesinado, sólo un día después de pronunciar un sermón en el que pidió a los soldados del gobierno, como cristianos, a dejar de llevar a cabo la represión del gobierno y las violaciones de los derechos humanos básicos.


Aunque la guerra civil terminó en los 90’s, todavía existe la desigualdad en los ingresos.
Al pintar la cara de Romero a los lados de los edificios, la gente está afirmando su fe en la visión de Dios por la justicia y la paz.

En El Salvador, uno de los momentos más impactantes fue nuestro servicio de adoración junto con los miembros de la Iglesia Bautista Discípulos de Cristo. Los feligreses viven en La Línea, una zona con altos índices de violencia y controlada por las pandillas. Los congregantes
actualmente no son dueños de la tierra donde viven y podrían ser desplazados en cualquier momento.

Como iglesia compraron una tierra para ellos y están en el proceso de restauración para obtener las condiciones habitables. No puedo dejar de ver a Dios trabajando a través de este proyecto con el fin de construir el Reino de Dios en la Tierra,  dejando de usar la idea del Cielo como forma de escapar a nuestras responsabilidades.

Estos ejemplos, así como los huipiles, tejen la historia del pueblo de Dios y nos apuntan hacia nuestro futuro en el Reino.

Unete y sorprendete de la parte que tienes en el bordado
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Para leer el sermón completo visita:
http://www.wildwoodmennonite.org/currently/a-recent-sermon/187-august-30-considering-the-end-of-the-story-new-jerusalem

Tuesday, September 22, 2015

New Jerusalem

Portion of a Sermon led by Krista Loewen and David Epp in the Wildwood Mennonite Church, in Canada. It was inspired on their experience in one of our Learning tours in Guatemala and El Salvador, where they accompanied students of the Rosthern Junior Collegiate. Krista and David had visited Guatemala many times in the past. David Epp is a former SALTer, and served in the Community of Santiago Atitlán in 2013-2014.

Picture taken by: Anna Yoder



When traveling in Guatemala one of the first things that you notice is the beautiful weaving and traditional fabric. Each community weaves their story into their clothing. For example, A huipil from Santiago Atitlan features white stripes which represent blessings from God and the red represents the blood shed during the conquest and more recently the civil war. The birds show their ongoing relationship with the land as caretakers and stewards. Each time the people of Santiago Atitlan weave a new piece of clothing their history comes to life and a common story is told within the strings of the fabric.

In other words, by donning these special garments citizens of Santiago Atitlan are pledging allegiance to the continuation of their culture.

The backstrap looms used to weave these pieces are complex and it is essential that each tiny thread is in the right place, otherwise the final vision is contaminated.
This painstaking detail can seem futile at times since it is hard to imagine what the final piece will look like. But,the weaver has hope and faith in the pattern ,and beauty emerges. Beauty overflows in Guatemala as a result of this tapestry.

Just as the people of Santiago Atitlan are reminded of their past and future by wearing their traditional clothes, so too are we reminded of our place in the historical and ongoing construction of God’s kingdom.

In April, as we passed through customs from Guatemala, our MCC guide encouraged us to play a culturally--based eye--spy game. Our task was to count how many times we could find a mural or artistic likeness of former Archbishop Oscar Romero. It didn't take long for the game to end, though not because it is difficult to find Romero's face. In fact, He is everywhere! Romero can be found on every Street corner, every small business sign, and on the sides of seemingly every church.

Oscar Romero was born into humble conditions in Eastern El Salvador. He entered
Seminary at a young age and demonstrated a proficiency in academics and an affinity for pastoral work. When he was appointed as Archbishop of El Salvador in
1977 he quickly became an advocate for the poor and dispossessed.

At the time, much like now, El Salvador was characterized by a complex history of inequality and violence. For decades the rural poor had been increasingly marginalized within an economy in which the top 1% controlled 42% of the tillable land, while the bottom 60% controlled 0.

These conditions led to protests and eventually to an extremely violent civil war and death squads roamed the countryside executing at will.
Romero stood within this context as one of the loudest voices calling for an end to the violence and in 1980 was assassinated, just a day after delivering a sermon in which he called on government soldiers, as Christians, to stop carrying out the government's repression and violations of basic human rights.
Although the civil war ended in the1990s, Income inequality still exists.
By painting Romero´s face on the side of  buildings, people are affirming their faith in God’s visión for justice and peace.
In El Salvador, one of the most striking moments was our joint worship service with the Disciples of Christ Baptist church members. The congregants live in La Linea, an area with high rates of violence and controlled by gangs. The congregants currently do not own their land and could be displaced at anytime.
As a church they purchased a land for them and are in the process of restoring it to livable conditions. I can’t help but see God working through this farm that they called ¨New Canaan¨ vocationally in order to build the Kingdom on Earth, rather than creating an elaborate heaven for us to escape to.
These examples do not exist in a vacuum but fit in with the history of God’s people, like the huipiles, and point us towards our future in God’s kingdom.

Join in and be amazed at your part in the tapestry.


To read the complete sermon:
http://www.wildwoodmennonite.org/currently/a-recent-sermon/187-august-30-considering-the-end-of-the-story-new-jerusalem

Monday, August 24, 2015

Gender Inequality and the Journey of Migrant Women


Young people performing a drama during the service week encounter.
Young people performing a drama during the service week activity.

By Nancy Sabas, is the Connecting Peoples Coordinator for MCC Guatemala/El Salvador. She is originally from Honduras.

Each year, the Connecting Peoples program organizes a week long service activity, where many young people of Guatemala and El Salvador gather to discuss a relevant topic. Last year we discussed the issue of migration, and through skits, the youth acted out the realities of each of their contexts.
One of the skits was about a mother of two children who was abused by her husband. Tired of the abuse of their mother, the boys decide to migrate north in order to generate income and provide the means to remove their mother from her violent environment. This skit promteded me to ask: is abuse against women and gender inequality also as a cause of migration?

While this drama portrayed a woman in a stationary position without migrating, reality shows that the numbers of migrant women is increasing. According to the United Nations Population Fund (UNFPA), in 2013, the number of migrant women from Latin America and the Caribbean amounted to more than half of the total number of migrants.

If the majority of migrants from Latin America and the Caribbean are women, why do they remain invisible? Why do gender-based causes of migration not receive attention? Why is there not more attention centered on what happens to women when they arrive at destination countries?

The Migration Policy Institute (MPI) points that it was not until the early 80’s that the term ´migrants and their families´ ( male migrants, plus their wives and children) stopped being used, to include women as active migrants. This, however, represented more of a semantic change, which is still poor on practicality and considerations that take into account gender variables.

Ignoring women even though they make up more than half of the migrant population in Latin America, enables the absence of state responsibility and results in the maintenance of a high-profit business that significantly increases the Gross Domestic Product (GDP) of the sending countries. According to the World Bank, in 2014 remittances reached 16.9% of GDP in Honduras, 16.4% in El Salvador, 10% in Guatemala and 9.6% in Nicaragua. For United States, the country that receives the largest number of Central American migrants, the work of international migrants represents 32% of their GDP.

However, abuse against women does not simply start on their journey as migrants.

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A few months ago, local students in the Ataverapaz area dramatized the story of an indigenous woman washing clothes on a rock in the river. In the drama, a man approaches the girl and starts to harass her sexually. When she resists, he throws a rock at her to kill her. The rock wounded her but did not kill her, yet she responds back the same way and does kill her aggressor, unintentionally. The sketch ended in the imprisonment of the girl for killing her attacker in self-defense. Unfortunately, this drama reflects many of the situations lived by women in the different contexts of their countries of origin.

The most tangible form of violence in Central America are the recurring ‘feminicides’. A femicide is a murder that is linked to contempt for women, sexism and the assumption that women are property. The sketch illustrates the attempt of a feminicide: the aggressor feels entitled to the body of the indigenous woman and tries to kill her when she defends her body. According to the Feminist Centre for Information and Action: “’femicide’ in the countries of Central America are shooting to the point that in some countries in the region, there are over 100 homicides per 100,000 inhabitant.s¨ The Economic Commission for Latin America and the Caribbean has reported that 90% of cases of femicide remain in impunity.

Violence against women is a vicious spiral system in different areas. Sexual street harassment as seen as normal and is not condemned. Women have less access to education assume much of the unskilled work in the manfacturing sector where they face exploitation, wage inequality and harassment. In the domestic sphere, abuse against women usually goes unreported due to fear of the spouse and the lack of trust in the judicial system.

As a woman begins her journey as a migrant her vulnerability increases. Amnesty International estimates that 60% of migrant women are victims of sexual abuse on their way north, although it is speculated that this amount could reach 80%. According to the UNPF, ¨Women migrants are particularly vulnerable to human trafficking for the purposes of sexual exploitation, a multimillion-dollar business. Trafficked women are exposed to sexual violence and sexually transmitted infections, including HIV, yet they have little access to medical or legal services.¨

Certainly, abuse to migrants on their way to the United States has gained media coverage compared with the almost zero visibility of the abuse women face in their destination country where the cruel discrimination and segregation of migrants is a real problem. During our week of service activities, a woman who worked as a cleaner and was deported from the US shared her experience: “There was an office which I was not allowed to clean, because the lady who worked there did not want a ´dirty illegal´ to touch her things.” Despiste these issues, the United States Supreme Court does not prioratize immigration reform that would benefit thousands of immigrants who are undocumented, allowing them to work temporarily under the protection of the law.

There are approximately 30,000 immigrants detained in the United States;10% are women. Human rights organizations have strong concerns about conditions at immigration detention centers, especially concerning sexual abuse, family separation, medical and mental health services, pregnancy and post-natal care, as well as access to legal counsel. The division of women’s rights at Human Rights Watch said: “Women in detention described violations such as shackling pregnant detained women or not following up on signs of breast and cervical cancer as well as affronts to their dignity. Given that immigration detention is the form of imprisonment with the fastest growth in the United States, these abuses are especially dangerous. They remain largely hidden from public scrutiny and effective oversight¨

If deported, the ´via cruxis´ of migrant women continues. The challenges faced at the time of repatriation can include: family separation, abstraction of their children born in the United States, trauma, financial problems, debts to coyotes, etc. Women who are deported usually find themselves living within an even harsher reality than the one they left before their journey and often try to migrate again.

The journey of the migrant woman is a complex reality that must be examined with a gendered perspective: one that assumes a specific context, gender and relationship with the different powers at each stage of their journey. The answers to the problem of migration must involve structural changes of the conditions that women are fleeing in their home countries. It needs to start with the visibility of migrant women and from there, target the creation of conditions and policies that ensure the non-exploitation of their labor, safety, sovereignty over their bodies, including zero tolerance of the discrimination they currently suffer , as well as sustainable change on the conditions in the country of departure.

La desigualdad de género en la trayectoria de la mujer migrante


Dos jovenes en la Semana de Servicio
Dos jovenes en la Semana de Servicio

Por Nancy Sabas, Coordinadora de Enlaces con CCM Guatemala y El Salvador


Todos los años, el programa de Connecting Peoples realiza la actividad Semana de Servicio, donde muchos jóvenes de Guatemala y El Salvador se reúnen a discutir un tema de relevancia de sus comunidades. El año pasado discutimos el tema de la migración, y a través de teatros, los jóvenes actuaron sus realidades en cada contexto.

Uno de los dramas, trataba sobre los hijos de una mujer abusada por su esposo. Ellos, cansados del abuso hacia su madre, deciden migrar al Norte para generar ingresos y de esta forma proveer los medios para sacarla de ese ambiente violento. Este drama, trajo a mi atención la siguiente pregunta: ¿El abuso contra la mujer e inequidad de género también como causa de la migración?

Si bien en este drama, se representaba a una mujer en una posición inmóvil sin migrar, la realidad también nos muestra que cada vez más las cifras de mujeres migrantes aumentan. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU), para 2013, En Latinoamérica y El Caribe la cantidad de mujeres migrantes asciende a más de la mitad en función de la cantidad total de migrantes.

Si la mayoría de migrantes de Latinoamérica y El Caribe son mujeres, ¿Porqué las mujeres migrantes siguen invisibilizadas? ¿Porqué las causas de la migración basadas en género no reciben atención? ¿Por qué no gozan de tanta atención las cosas que les pasan a las mujeres una vez que llegan al país de destino?

El Instituto de Políticas de Migración (MPI) apunta que hasta principios de los 80´s, se dejó de utilizar el término ¨Los migrantes y sus familias¨ (léase como hombres migrantes, más sus esposas e hijos) para empezar a incluir a las mujeres como activas migrantes, aunque esto implicara más un cambio semántico y muy pobre en su practicidad en cuanto a consideraciones que tomaran en cuenta la variable ¨género¨.

La invisibilización de las mujeres en la migración permite la ausencia de una responsabilidad Estatal y la explotación hacia este sector de producción, dando como resultado la manutención de un negocio de alto lucro que provee cantidades seriamente significativas en los Productos Internos Brutos (PIB) de los países que envían migrantes. Según el Banco Mundial, para 2014 las remesas representaron el 16.9% del PIB en Honduras, el 16.4% en El Salvador, el 10% en Guatemala y el 9,6% en Nicaragua. Para Estados Unidos, uno de los países que recibe la mayor cantidad de migrantes Centroamericanos, el trabajo los migrantes internacionales representa el 32% del PIB en su economía.

Sin embargo, el abuso hacia la mujer no comienza en su trayecto como migrante.



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Hace unos meses, un grupo de estudiantes locales del área de Altaverapaz dramatizaron la historia de una mujer indígena que lavaba ropa sobre una roca en el río. En el drama, un hombre se acerca a la chica y la empieza a acosar sexualmente. Ella se resiste y él le arroja una roca en su cabeza para matarla. La roca la hiere más no la mata, pero ella se defiende de la misma forma matando a su agresor, sin ser esta su intención. El drama, que pretendía ser una comedia, termina en la encarcelación de la chica por haber matado en defensa propia a su agresor. Desafortunadamente, ese drama traduce gran parte de la situación que las mujeres viven en los diferentes contextos de sus países de origen.

El tema más tangible en Centroamérica con respecto a la violencia contra la mujer, son los recurrentes ´feminicidios´. Un feminicidio es un asesinato que está ligado con el desprecio hacia las mujeres, machismo y la asunción de que una mujer es una propiedad. El ejemplo en el drama es útil para ilustrar un atento de feminicidio: El agresor se siente entitulado sobre el cuerpo de la mujer indígena y la intenta matar cuando ella defiende su cuerpo. De acuerdo con el Centro Feminista de Información y Acción: ¨Los ‘feminicidios’ en los países de Centroamérica se están disparando hasta el punto de que, en algunos países de la zona, superan los 100 homicidios por 100.000 habitantes¨. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe haya reportado que el 90% de los casos de feminicidio quedan en absoluta impunidad.

La violencia contra la mujer actua como un espiral en un sistema viciado en los diferentes espacios. El acoso sexual callejero se vive en Centroamerica como algo ¨normal¨ y no se condena. Las mujeres, con menos acceso a la educación y asumen en gran parte trabajos no especializados en el área de la manufactura. Desafortunadamente, las vulnerabilidades en estos trabajos son mayores –más no exclusivos- en cuanto a explotación, inequidad salarial y acoso laboral. En la esfera domestica, el abuso contra la mujer generalmente no se denuncia por ser de carácter ¨privado¨, por miedo al conyuge y por la falta de confianza en el sistema judicial.

Cuando la mujer emprende su trayecto como migrante, sus desafíos no disminuyen. Amnistía Internacional calcula que el 60% de las mujeres migrantes son víctimas de abuso sexual en su trayecto al Norte, aunque se especula que esta cantidad pudiera alcanzar hasta un 80%. Por otro lado, el FPNU agregaba: Las migrantes son especialmente vulnerables ante la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, un negocio multimillonario. Las mujeres víctimas de la trata se ven expuestas a la violencia sexual y a las infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH, y sin embargo su acceso a los servicios médicos o legales es escaso¨.

Sin duda, los abusos de las migrantes en su camino hacia Estados Unidos han ganado mayor cobertura mediática comparado con la casi nula visibilización del abuso hacia ellas después de haber logrado entrar al país de destino. La cruel discriminación y segregación hacia los inmigrantes en los países de destino es un problema real. Durante nuestra actividad de semana de servicio, una chica quien trabajo como aseadora y fue deportada de los EEUU compartía su experiencia: ¨Había una oficina en la que no se me permitía limpiar, pues la señora que trabajaba ahí no quería que ´una sucia ilegal´ tocara sus cosas¨.

A nivel de Estado, EEUU no parece estar muy interesado en concentrar esfuerzos para disminuir la explotación laboral que sufren los migrantes, y que doblemente sufren las migrantes. La corte suprema de los Estados Unidos no parece tener como prioridad aprobar una reforma migratoria que beneficie a miles de inmigrantes que no poseen documentos, para que puedan trabajar temporalmente con protección de la ley.

Se dice que en un día cualquiera, hay aproximadamente 30,000 inmigrantes detenidos en Estados Unidos, dentro de las cuales se calcula que un 10% son mujeres. Diferentes organizaciones de derechos humanos, quienes tienen fuertes preocupaciones sobre las condiciones particularmente alrededor del abuso sexual, separación familiar, servicios médicos y mentales, atención durante embarazos y post-natales, a la vez que el acceso a consejería legal. La división de derechos de las mujeres de Human Rights Watch afirmó: “Mujeres bajo detención describieron violaciones tales como el hecho de engrilletar a detenidas embarazadas o no dar seguimiento a señales de cáncer de mama o de cuello uterino, así como afrentas a su dignidad. En vista de que la detención inmigratoria es la forma de encarcelamiento de más rápido crecimiento en Estados Unidos, estos abusos son especialmente peligrosos. En gran medida permanecen ocultos del escrutinio público y de una supervisión eficaz”.

En caso de deportación, el ¨viacrucis¨ de la mujer migrante continúa. Los desafíos que enfrenta al momento de la repatriación, se podrían enumerar en una enorme lista: separación familiar, abstracción de sus hijos nacidos en Estados Unidos, trauma, problemas financieros, deudas con los coyotes, etc. Las mujeres que son deportadas usualmente se encuentran con una realidad aún más dura de la que dejaron antes de salir y con frecuencia, vuelven a intentar migrar.

La trayectoria de la mujer que migra es una realidad compleja que merece ser tomada en consideración bajo una mirada más profunda: una que asuma su contexto específico, su género y su relación con los diferentes poderes en cada etapa de su recorrido. Las respuestas al problema de la migración deben envolver cambios estructurales que impacten las condiciones por las que las mujeres huyen de sus países. Se requiere empezar con una visibilización de la migrante y apuntar hacia la creación de condiciones y políticas que garanticen la no explotación de su fuerza de trabajo, su seguridad, la soberanía sobre su cuerpo y la cero tolerancia hacia la discriminación de la que actualmente son víctimas, a la vez que el cambio sostenible de las condiciones en el país de partida.